Frente a las situaciones de violencia y discriminación

Desde el comienzo del año surgieron distintas situaciones que cobraron relevancia pública y se relacionan con comportamientos machistas y mensajes de odio en el entorno de nuestra casa de estudio.

Ante todo queremos expresar nuestro rechazo, como siempre, a cualquier comportamiento machista, de acoso o violencia, que pueda manifestarse tanto dentro como fuera de nuestra Facultad.

Este problema lo venimos abordando desde hace algunos años, en una primera instancia para visibilizar estas situaciones, y luego para crear los mecanismos necesarios para que puedan prevenirse o resolverse de la mejor manera.

En este sentido, impulsamos la creación de la actual Comisión de Actuación y Prevención ante casos de Acoso, Violencia y Discriminación. Desde esa comisión, trabajamos fuertemente durante el año pasado para que se defina un protocolo para recibir y dar tratamiento a las denuncias. Los elementos centrales que planteamos y que quedaron efectivamente incorporados son: la confidencialidad del proceso de denuncia, que se ofrezcan las medidas de protección necesarias para los denunciantes, que se prevea un proceso justo y serio que permita, en caso de que lo amerite, la ejecución de una sanción. A su vez, el protocolo prevé la creación de un equipo técnico especializado que es quien debe tratar las denuncias, para evitar que queden en manos de los gremios y/o representantes que no tienen la formación suficiente y pueden tener eventuales conflictos de intereses.

Durante la elaboración del protocolo participaron todos los actores involucrados: docentes, estudiantes, funcionarios y decanato, y se aprobó por unanimidad en el Consejo de la Facultad el 3/11/2020. 

Sin embargo, hasta el día de hoy el equipo técnico que el protocolo prevé no ha sido conformado en Facultad. Por esto y tal vez otras razones los últimos sucesos que se hicieron públicos fueron tratados por fuera de este protocolo. Es decir, que el conjunto de garantías previamente establecidas y acordadas para darle tratamiento a estos asuntos fue ignorado. Ante esto debemos volver a insistir y reclamar a la institución el estricto cumplimiento de las normas establecidas para el manejo de estos asuntos, debido que es la principal garantía que existe para que estos casos se resuelvan de manera justa.

Los últimos hechos demuestran cómo al actuar por fuera del protocolo vigente es muy sencillo para la institución sancionar a estudiantes, pero no ocurre lo mismo cuando los casos involucran a docentes. No consideramos correcto que se trate con cierta velocidad los casos que cobran relevancia pública y no afectan demasiado a la institución, y se deje de lado otro tipo de casos. Debemos recordar cómo en los últimos tiempos han existido distintas denuncias públicas que involucraban a docentes de grados altos y la institución no solo que no actuó con velocidad y eficacia sino que no hizo prácticamente nada. Además, ciertos sectores docentes de nuestra Facultad que en muchas ocasiones se muestran “comprometidos” con estos asuntos salieron a encubrir y defender a quienes estaban involucrados.

Por todo esto, es que hoy debemos nuevamente exigirle a nuestra Facultad que el compromiso con estas cuestiones no sea únicamente desde el discurso sino desde las acciones. Y que no se tomen únicamente medidas cuando los casos se vuelven mediáticos y son inofensivos para las autoridades de nuestra casa de estudio, sino que se tomen medidas y acciones siempre que corresponda, apuntadas al bienestar de las personas y no a limpiar la imagen de la institución. Para esto es que dedicamos el tiempo a la elaboración de un protocolo que fue unánimemente acordado.

Sabemos que el problema del acoso y la discriminación no se soluciona unicamente con un protocolo o con mecanismos formales, pero hasta el día de hoy, es la mejor herramienta que hemos desarrollado para atacar por primera vez este problema en nuestra facultad.

Hay muchos casos de violencia aún más graves que los que tienen repercusiones públicas, personas que se exponen ante un peligro importante, y que están completamente invisibilizados.

Debemos trabajar para que el problema del acoso y la violencia no se vuelva relevante solamente en las redes sociales frente a casos puntuales que son mediáticos. Debemos combatir estas prácticas a diario en todos los espacios, y trabajar para que toda persona se sienta segura a la hora de denunciar y que los mecanismos sean realmente efectivos.

Por todo esto es que exigimos el cumplimiento del protocolo, la conformación del equipo técnico necesario y hacemos un llamado a toda la comunidad universitaria a tratar estos temas con la seriedad que merecen.