
Frente al comienzo de un nuevo semestre principalmente virtual, que trae consigo múltiples particularidades, y en concreto numerosas desventajas para los estudiantes, entendemos imprescindible plantear algunas consideraciones.
El primer semestre fue muy complejo porque implicó el ajuste de todos los cursos a esta nueva modalidad, luego de ya comenzados y pensados para otra realidad. También significó la adaptación de los propios docentes y de los estudiantes a un contexto totalmente atípico. Muchos estudiantes sufrieron cambios no sólo en su vida curricular, sino también a nivel económico, teniendo en varios casos que volver a sus ciudades en el interior del país.
Se generaron inevitablemente cambios en distintos aspectos de los cursos, tanto en el dictado de las clases en sí, en las formas de evaluación, en los materiales disponibles, como en las formas de aprobación. Y surgieron nuevos elementos a tener en consideración, como el tema del acceso a la enseñanza virtual vinculado a contar con los medios necesarios (computadora, internet, o incluso un espacio para estudiar en nuestras casas).
En este sentido, existieron un montón de obstáculos y acontecimientos injustos para los estudiantes. A pesar de que muchos fueron consecuencia propia de la pandemia y la escasez de recursos disponibles, estos también se vieron agravados debido a que en muchos casos las modificaciones quedaron en manos de los docentes de cada curso, dependiendo entonces de sus voluntades e intenciones, generando así, situaciones muy dispares entre asignaturas.
Lo que resultó en cursos cuyo dictado se adecuó muy bien a la modalidad virtual, donde reconocemos el esfuerzo y la dedicación de muchos grupos docentes para lograr esto. Pero por otro lado, existieron cursos con diversos inconvenientes; en que los teóricos o prácticos no se dictaron, en los que hubo pocos o nulos espacios de consulta, materiales de estudio que no permitían un correcto seguimiento de la asignatura, evaluaciones en las que se exigió más que en condiciones normales, evaluaciones que se suprimieron, posibilidades de exoneración de los cursos que se eliminaron o se intentaron eliminar, muestras de evaluaciones que no se realizaron y demás.
Ante todo esto, fuimos los estudiantes organizándonos y recurriendo a nuestros delegados en diferentes espacios de Facultad, que al notar estos problemas en los cursos, nos movilizamos por plantearlos y buscar soluciones; con la determinación de defender nuestras condiciones de cursado. Como por ejemplo al conseguir una nueva instancia de evaluación en Mecánica Newtoniana, luego de los malos resultados en el curso, como lograr que Materiales y Ensayos e Intro. a la Ciencia de los Materiales realizaran el parcial final y no eliminaran la posibilidad de exoneración, o como la nueva instancia de examen para el curso de Estructuras de Acero al haber eliminado la exoneración.
Y más allá de las problemáticas particulares de cada curso, también fuimos los estudiantes quienes en el Consejo de Facultad planteamos que se debían implementar alternativas y flexibilizar algunas reglas que rigen generalmente en nuestro cursado, entendiendo que en ocasiones tan singulares debemos tomar medidas particulares para atenuar las dificultades y no poner trabas extras. Logramos que se levantara el límite de cursadas en el primer y segundo semestre, que se agregaran asignaturas a la calidad de libre, que se flexibilizaran algunas previaturas, etc.
Por supuesto no todas fueron victorias, ni se logró abarcar y solucionar todas las complicaciones que tuvimos. En parte por falta de impulsos y organización propia de los estudiantes pero también porque en los distintos espacios cogobernados de Facultad, las decisiones no dependen únicamente de nosotros, los estudiantes somos minoría, y muchas veces nuestros intereses se contraponen con los de los docentes.
Es por todo esto, que desde el FPE vamos a seguir trabajando, como lo hicimos este primer semestre y lo hacemos en general, por defender los derechos estudiantiles, por garantizar el acceso, por mejorar las condiciones de cursado y pelear frente a las situaciones injustas que puedan surgir.
Invitamos a todos los estudiantes a organizarse frente a los inconvenientes que existan en los cursos, a acercarse, y hacernos llegar a los delegados planteos y propuestas pero fundamentalmente a participar porque todo aporte es crucial para defender nuestros derechos.
Si bien nos encontramos en una realidad complicada y poco común, no debemos resignarnos, ni en estas circunstancias ni en ninguna, a aceptar como dadas ciertas condiciones que afectan nuestra educación, sino que debemos y podemos luchar para cambiarlas.
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