A un año del inicio de la pandemia

A un año desde que se decretó la emergencia sanitaria en nuestro país, los estudiantes seguimos viendo como se deteriora la calidad de nuestra enseñanza.

La virtualidad trajo consigo algunas cosas buenas, pero principalmente afectó de manera negativa en nuestro cursado. Si bien esta modalidad exigió por ejemplo que los docentes generaran más materiales de estudio y grabaciones de las clases (cuestiones que lo estudiantes reclamamos aún en la presencialidad), en general las definiciones han ido en el sentido de recortar horarios de prácticos y teóricos, complejizar las evaluaciones y formas de aprobar los cursos y demás. A su vez, realizar los cursos a distancia ha ocasionado muchas dificultades para los estudiantes que no contamos con espacios cómodos para estudiar en nuestras casas, con dispositivos o internet para ver las clases o hacer las pruebas, y las soluciones para esto no han abarcado a todos los estudiantes.

Frente a esto, en 2020, los estudiantes discutimos y realizamos planteos y propuestas para los cursos y sus evaluaciones, también nos organizamos por problemas particulares. Logramos que se aprobaran algunas propuestas que implicaban flexibilizar restricciones que ya en el pasado cuestionábamos. Por ejemplo, que no se aplique el límite de cursadas, que se extienda la ganancia de los cursos y que se incorporen asignaturas a la calidad de libre. Pero más fueron los elementos que planteamos y no se aprobaron o no se contemplaron, principalmente porque los docentes no accedieron a ello.

Hoy en 2021, se repiten algunas problemáticas y surgen otras, de salones de teórico llenos en la presencialidad pasamos a salas de ZOOM con límite y por ende estudiantes que se quedan afuera o dependen de que otros transmitan la clase por algún medio. A esto se le suma lo ya mencionado de la reducción de las horas de clase dictadas: menos horarios de prácticos e incluso teóricos que no se dictan porque ya se encuentran grabados. 

Todo esto nos perjudica e impacta en cómo rendimos y avanzamos en la carrera y pareciera que va a continuar en este año. Sin embargo, desde la Facultad se nos plantea que debemos valorar el esfuerzo docente, y si bien lo valoramos nosotros también estamos esforzándonos y necesitamos ciertas garantías y que se respeten nuestros derechos, necesitamos que se asegure el acceso de todos a cursar.

En este nuevo año lectivo, no debemos resignarnos y conformarnos con que estas sean las condiciones de cursado, podemos organizarnos y luchar para mejorar la calidad de la enseñanza y nuestras condiciones de estudio. Nada nos asegura que vayamos a lograr avanzar en este camino, porque no depende solo de nosotros ni somos mayoría a la hora de tomar las decisiones, pero seguro saldremos perjudicados si no hacemos nada y nos quedamos callados mientras con arbitrariedad atacan nuestros derechos.

Como estudiantes no podemos aceptar las malas condiciones de enseñanza, debemos reclamar y expresar nuestro descontento. Exijamos que se cumplan nuestros derechos y seamos actores decisivos de nuestra educación, actuemos en conjunto, es la única forma de que nuestra voz sea escuchada.